Y su frigidez marchitante. Se me presenta como un hombre anciano, rudo y campesino que encuentra en la orilla del mar flotando una piedra de ámbar.Se sonríe entre dientes de oro, poniéndola hacia el oeste, contra el sol y los rayos a través del ámbar llegando a la cara del enjuto viejo color anaranjado, sin trucos; esa luz es Georgia. El deletéreo ocaso, cañones de asedio.
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John Table
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