La muerte es
necesaria para que todo pueda ser repetido, y el obituario es una forma de
negar que la muerte llegó a ocurrir. Bajo la apariencia de la necrológica, los
artistas y los críticos continúan exactamente como antes, recuperando indefinidamente
diferentes formas, fabricando indefinidamente productos críticos cada vez más
penosos […] La muerte de la vanguardia es una vieja noticia, ya acabada, no
merece más discusión; pero aquellos que piensan así todavía no han empezado
siguiera a pensarlo. No hay post: todo aquello que clame así, ciegamente repite
lo que piensa que ha dejado atrás. Sólo aquellos que deseen permanecer en la
muerte de la vanguardia, aquellos que cesen de intentar ahogar el silencio de
la muerte con el ruido de la producción neocrítica, tendrán la esperanza de oír
lo que esa muerte articula.
1 comentario:
¿el sonido del óxido en la bisagra?
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