23 may 2009

¿Posible café gratis?

















                Un bar donde tomar café, un bocadillo, un zumo… La TV está para que mientras tomas un buen desayuno con tu café, un bocata de tortilla y un zumo de naranjas recién exprimido mires lo que pasa por el mundo. La atmósfera está cargada de miles de palabras que al juntarse no son más que un murmullo ruidoso, si te atreves a separarlas saldrán todo tipo de historias, como unas 732 que son el compendio total de historias existentes. Los camareros que llevan años en este mundo conocen casi todas ya. Hay mesas pegadas a la pared y hay butacas cerca de la barra de metal higiénico. Café con leche por favor… ¿qué le debo jefe? –Un euro- la moneda ya está en manos del camarero, que le da un golpe que no llega a serlo contra la barra y a continuación la depositara en la caja. Un sudoroso gordo taxista de unos cincuenta años suele comer a menudo por este bar. Se deja caer cada tarde para zamparse siempre lo mismo, siempre revisa bien el menaje pues no confía en la limpieza del bar. Suele saludar a mucha gente después de rascarse los huevos, lo llamaremos señor limpio. Antonio vive a dos pasos del bar, se escapa de vez en cuando sin que su mujer lo sepa a tomar una copa o tres, le encanta beber. Mirar los partidos de fútbol en el bar le relaja, su equipo es de los que suele perder. Su mujer sabe que va al bar a beber más de la cuenta, hace años que dejo de molestarse. Hastíó matutino. Este es un bar con muchos clientes fijos pero también esta cargado y oxigenado por gran cantidad de gentes de paso, cerca hay un juzgado lo que permite oír toda clase de historias. El señor limpio y Antonio fueron testigos cuando un hombre como dicen ahora después de que pasara todo, un tanto raro, “con malas pintas” fuera reducido por tres policías de la secreta delante de sus narices. Según se supo después el individuo era un peligroso camello que había apuñalado y matado a dos camellos que se la jugaron, pero lo mejor de la historia está por llegar pues el camello se había fugado no hacia menos de media hora de los juzgados por la ventana de su celda, no se sabe muy bien como lo consiguió pero lo cierto es que pensó que nunca le buscarían en el bar de la esquina y en honor a la verdad llevaba razón pues "los secretas" solo querían tomar un café antes de ir a iniciar un profundo rastreo por el barrio de donde procedía el delincuente. Los almuerzos son muy ajetreados y se suda la gota gorda para atender a todos los comensales, afuera un hombre descansa a la sombra de una pared, no tiene muchas pertenecías y de su origen se dice que es natural de Dinamarca pues así lo había expresado alguna vez. Limpia coches y habla poco, tiene unas botas de montaña y le encanta el ritmo tranquilo y aplatanado de los Canarios. La gente le conoce como “posible café gratis”.  El origen del nómbrete no es una historia nada original, pero “posible café gratis” siempre saca una sonrisa a Andrés, el camarero que le conoce desde hace seis años. El danés asoma la cabeza todos los días sin llegar a entrar al bar, solo mira unos segundos hacia dentro y pronuncia la frase que le da nombre: ¿posible café gratis? Y sin dejar apenas tiempo de reacción vuelve al aparcamiento donde espera poder limpiar algún coche. De vez en cuando alguien le invita a ese ansiado café. A veces es el mismo Andrés el que se apiada y le obsequia con un posible café gratis. Puedo decir que todos los días alguien pica en el anzuelo de esta historia, y es agraciado con un algo ignorado, curiosillo y chorretil, convirtiéndose en nuevos trovadores de un cuento urbano llamado “posible café gratis”. Está en la barra y tiene prisa, pide un café y un vaso de agua, apenas levanta los ojos de su café, se siente incomodo pues este no es su bar ni sus camareros pero tampoco está tan mal. Su vista escudriña la barra en busca del periódico, algo le distrae por un instante , a su oído llega una voz curiosa, de alguien extranjero. Es un guiri que grita desde la entrada - ¿posible café gratis?- La voz le recuerda al protagonista de la serie esa de principios de los noventa ¿Cómo era? – Se dice- consigue acordarse del titulo “Primos lejanos” pero no está seguro del todo. Piensa y recuerda la frase “primo Larry” mientras levanta la cabeza y añade a su registro auditivo una cara que nada tiene que ver con la del protagonista de “Primos lejanos”. Se trata del rostro de un vagabundo de unos cincuenta años con el pelo rubio quemado y una piel curtida por el sol, gasta una barba sedeña aunque no sepa que es una barba sedeña sabe que esa lo es. Andrés seca vasos contemplando la habitual escena a la vez que se percata de la cara de extrañez del cliente que observa como el vagabundo se pierde calle abajo a través de la cristalera. Entiende que no sabe de ese endemismo local y antes de que el cliente comente nada decide adelantarse y le explica todo lo que sabe del danés, de su devenir todos los días con la misma frase y como siempre suele decir después de contar lo poco que se sabe de “posible café gratis” añade en tono cortés – Es buena gente, nunca a molestado a nadie- Pero el cliente le interrumpe antes de acabar la frase preguntándole si sabe como se llama - pues... nunca se lo he preguntado la verdad y nadie lo sabe que yo sepa- comenta Andrés. Todos los vasos están secos y la historia dilucidada. El cliente solicita su cuenta y pide un café para llevar que Andrés siente como un logro personal en la causa perdida de ese hombre sin pasado, arrancado como una planta, de su contexto y lanzado al anonimato y la hostilidad de la gran cuidad. Es la vida de un danés que un día vino para recorrer el archipiélago Canario en busca de un barranco donde vivir tranquilamente y recrearse con el sol y las montañas. John Table

9 comentarios:

ScrinS dijo...

Hola John, echaba de menos tus relatos.

Es cierto cuantas cosas pasan en un bar y no nos damos cuenta.

El Danés encontró al fin lo que buscaba, como casi todos nosotros, una vida tranquila y el contacto con la naturaleza.

Un abrazo

John Table dijo...

Hola Scrins... Gracias por siempre comentar algo, es de agradecer tanto los halagos como las críticas.
Y para mi el pobre danés nunca llego a encontrar eso que buscaba, por alguna razón que ni yo se …Paso a ser un sin techo en la pequeña ciudad de las Palmas.
Del origen de posible café gratis.
- un día le hoy comentar a un camarero una anécdota que le había pasado esa misma tarde…-- sabes lo que paso hoy, antes paso un "loco" que se asomo por la puerta medio gritando y va y suelta "posible café gratis" y se fue sin más.. Vino dos veces más el guiri “chalado” ese, ¡como esta el mundo! -----
El resto tal vea sea verdad o no, pero me lo imagine de ese modo.
un abrazo scrins

hanser dijo...

Nos vemos tan pronto como hoy mismo, John, por qué no. A eso de las ocho o nueve o diez. Si hay suerte y no nos volvemos locos antes.

ScrinS dijo...

Hola John, gracias a ti por escribir.
No vengo por obligación paso por vuestros blog por devoción.
Le comentaba a Hanser que tu tienes la habilidad para los relatos largos y llenos de color.
No se si el Danés no encontró lo que buscaba, Sol si, paz también y si ha perdido la cabeza hay que dejar tranquilos a los locos por qué hay que curarlos dejemoslos en su mundo también tendrán ratos de felicidad.
Un abrazo

ScrinS dijo...

Oye, por cierto podríamos escribir entre los tres, cada uno con su estilo el relato del "Pergamino" persiguiendo ciberespacios.
Abrazos

John Table dijo...

"pergamino" es la idea inicial...?? como el punto de partida..no?? nunca he hecho nada parecido... en principio no me veo....pero me lo voy a pensar...esta semana ando mu atareado.
y tu Hanser como lo ves??
un abrazo para ambos.

Supernova de champán dijo...

Navegando por algo
pulula
pulula,
ahogándome en "marternet"

Anónimo dijo...

Se te da bien hablar de lo terrenal y mundano...

John Table dijo...

gracias señor/a anonimo!!
feliz verano