31 dic 2010

Sobre la voluntad :1880

Peripatético. Inevitable dolor.  Hipocondríasis mística

Sumergido en la búsqueda, ni nada de campanas de Gauss, en absoluto. Las filosofías aplastan al místico que falsea los falsos encajismos. Se sorprende entre líneas. Ve confirmadas sus hipótesis. Nada de lo que le llega es auténtico.  La filosofía pasa por encima de él. No tiene ni abogado ni fiscal.
En el fondo lo sabe, pero se jura y perjura a si mismo lo que no es. A ratos puede ser una secuencia lógica, un paso verdadero, nada de lo anterior, pero pronto se torna débil al volver a su pasado, el cual le ha marcado hacia un pensar. Es esa,  en su erosión; está la elección de estar donde está. El peso de la vida no le deja llegar a la idea, es la idea la que llega a él.  Todo es una treta- vale- una treta justa y comprensible, pero jamás una elección de carácter subjetivo. Es la suma y la resta de las victorias contra las derrotas. No eliges acercarte a ella creyendo que es esa idea  afín a la tuya, tú la manipulas en un mal pegar por no profundizar. ¿No ves acaso como rascas de aquí y de allí con el escarpelo? Es un feo sabotaje,  ¿Es la voz la voluntad?   Esa violación deja tullido y solo buscará refuerzo, no estará dispuesto a la búsqueda. Hay que creer en lo irrisorio, no hay que creer en lo general. Nada ni nadie podrá curar al violado solo su voluntad, tal vez. Pocas veces puedes elegir, es ella la que te viene dada por las múltiples combinaciones de tu ser. Permanecer alerta si no queréis enfermar, hombre culto.  Abandona las armas, quema los libros, libera tu mente de la educación. Pronto volverás. No desprecies a los antepasados, no te desprecies a ti. 
Vuélcate contra tus ideas para ver si estas están contigo por cuales motivos oscuros olvidaste. No creas y no te forjes tan solo por lo que hagas y te haya pasado. Inventa teorías contrarias a tus daños y miedos que te han dejado tullido: perdido en una parte del tablero. ¡Concéntrate! 
¿Me digo que tiene de personal tu filosofía? Argumentas bien aquello en lo que aparentas creer. Es una autoafirmación constante. ¿No te basta con la nada? Es todo un extraño juego empírico, ¿es tu pensar tropical como lo es la selva en la que vives? ¿O acaso tu mente viaja por ríos congelados y bufandas al cuello tumbado en la hamaca? ¿Crees que hay ignorancia en relativizar todo? Es fácil dices y es estúpido crees. No te da miedo hermano que tus dogmas sean reducidos a simples cosas sin más, perdiendo volumen y banalizando todo tu ser. ¿No?
Aquellos hombres cuya consigna peregrina es un concepto altamente claro, una especialización de la idea,  esos místicos que hacen de su verdad una verdad hacia el exterior que les sirva de coraza, de rodearse de lo que quieren escuchar, el concepto que manejan es claro – el engaño –. Son ellos proxenetas del sufrimiento de la realidad sin miramientos alimentada por su dolor.  Acotan al mundo que tanto daño les infligió de forma  que  terminan con la sana amplitud de miras. De aplacar la duda radical, la psicosis analítica. La duda por la duda, profiriendo al mundo un grito caótico pues el mundo también aplasta a la otra cara de la moneda. Y lo único que nos queda es un movimiento constante,  un flujo líquido como el que emana de las profundidades de la tierra, por y para siempre. 
Sal al encuentro con escepticismo, duda de ti. Quiero ver como la mente rompe con el mundo tangible, aquella que te obliga y te demuestra que la gravedad existe. Tírate de un rascacielos ardiendo  que pronto despertaras.
                                             John Table 

29 dic 2010

¡Arde Roma!

              Collage John table

-textos- Antonin Artaud

Van gogh: el suicidado de la sociedad y para acabar con el jucio de Dios 

Quiero decir (1) que la erotomanía no es un vicio pasajero.
No es un vicio ejecutado en las tinieblas, sino a pleno día, en bandas, en rosarios, en precesiones, en séquitos en los que en algunos puntos de la tierra participan centenares o miles de personas rodeadas de ese acompañamiento de la fantasmagoría de miles de espíritus, que durante las noches se agranda hora
tras hora,
     sino un rito (2) cuidadosamente cultivado y repetido a diario en toda la extensión de la tierra y que en número , importancia, intensidad y cantidad adquiere una importancia infinitamente mayor que todas las investigaciones de los científicos sobre el uranio, el helio, la bomba atómica, la electricidad atómica, o de los médicos, psicólogos y psicoanalistas sobre el inconsciente. 
Y conozco a más de un científico ruso o americano que ha encontrado en una orgía la solución de muchos problemas (3) eléctricos y atómicos
    hasta entonces completamente abstrusos.
Cuando hablo de vagina asada (4),
Se debe a que en determinado momento de la orgía se pone al fuego un sexo femenino u órganos de recién nacido, 
No en imagen sino en hecho, y así, total y verdaderamente quiero decir mediante espantosas porquerías de este género, es como la vida presenta mantiene su espantosa cacofonía.
Y lo que (5) tan vorazmente se arroja a maniobras de este orden no es el posible resto de las razas aún inmersas en un fondo de primitivo salvajismo,
  sino por el contrario todo ese magma purulento de la casta de los grandes burgueses eximidos de la conciencia y del espíritu:
curas, científicos, médicos, profesores, bonzos, rabinos, imanes, lamas, bramanes, yoguis, gurús, sufíes, muftíes, parias, parsis, cenobitas, rabíes, nabíes, faquires, almuédanos, de los malaya, del Cáucaso (6) o de los andes,
 sino también, sobre todo ahora (invierno de 1947) , en los Cárpatos, Europa Central, los Alpes (7), los Pirineos, los Cévennes,
                                                             y en París.
Y si esto no marcha se debe a que la conciencia, del todo enferma, tiene actualmente el máximo interés en no salir de su enfermedad.
Pues el desorden, la injusticia, la inseguridad, la sanies, el crimen, no pueden dejar de ser la base de cualquier sociedad de veras.
Sería el fin del reino de los acaparadores, de los aprovechados, de los iniciados, iniciadores, pedantes y otros chulos (8) de una conciencia perpetuamente infantilizada.

18 dic 2010

Phasmatodea veo

                            
                                ¡Amplíese!                                                       John Table - collage-

29 oct 2010

1 oct 2010

Ein ruhiges Leben- Der Philosoph

(Una vida tranquila- El filósofo)

La tablatura perfecta, descriptiva por sí misma, de una exquisitez zafana, emotiva asociación de imágenes, de trozos, de cosas, del romperlas para después unirlas en otro lugar, la bonita experiencia de sacar las cosas de su original contexto, demostrando lo vacio y raro de su original contexto, de jugar. Connotativas imágenes de un orbe productor de cantidades ingentes, toneladas. La nueva semántica de las imágenes y de los objetos.   No es un discurso previo se trata de un texto temporal. No es una defensa anterior a la producción, se trata de una datación de un sentir hondo, de un ir explicando al instante, segundo a segundo, antes de que comience a fraguar y a captarse los procesos y sistemas. Del eterno asociacionismo hasta que llega la hora del manual y es ahí cuando no nos podemos fiar tanto de los trozos de papel cortados, liberados. Pues tenemos ante nosotros un peso definido con puntos y comas. La sociedad de las imágenes. De estas.   La defensa total viene de ahí. De un cuarto enorme, oscuro. Cuyas paredes están formadas por el mismo material primario de donde nacen todas las ideas, dichas paredes tienen formas rombales que ayudan al eco, produciendo que las ondas se muevan en un infinito aullido. Permite que se junten unas con otras, surgiendo uniones constantes y otras tantas separaciones siempre. Las ondas son de colores abisales puesto que son los únicos que se ven en la oscuridad.  Como si se tratara de una cueva conformada por tubos de cuarzo, y nosotros estuviéramos en alguna parte de esa cueva a oscuras, a solas, diciendo cosas, dando palmadas, silbando, tocando el arpa y en parte no producimos muchas cosas, más bien escuchamos los sonidos ancestrales que ya estaban antes de nuestra llegada, antes incluso de la llegada del primer eco ya había sonidos rebotando por esa enorme habitación, llena de voces y de silencios para escuchar y difundir los sonidos.   Más allá del sentido de entender la realidad, nuevas claves de interpretación. De una realidad superior que nos transciende. 
John Table

27 sept 2010

Sin - Samuel Beckett -


Ruinas refugio cierto por fin hacía el cual de tan lejos tras tanta falsedad. Lejanos sin fin tan lejos tras tanta falsedad. Lejanos sin fin tierra cielo confundidos sin un ruido nada móvil. Rastro gris azul claro cuerpo pequeño corazón latiendo solo en pie. Apagado abierto cuarto lados a contracorriente refugio cierto sin salida.

Ruinas esparcidas confundidas a la arena gris ceniza refugio cierto. Cubo todo luz blancor raso rostros sin trazo ningún recuerdo. Nunca fuera más que aire gris sin tiempo quimera luz que pasa. Gris ceniza cielo refleja de la tierra reflejo del cielo. Nunca fuera más que este sueño incambiable la hora que pasa.

Maldecirá de Dios como en tiempo bendito cara al cielo abierto tormenta pasajera. Cuerpo pequeño rostro gris rasgos grieta y pequeños huecos dos azul claro. Rostros sin trazo blancor raso ojo sereno por fin ningún recuerdo.

Quimera luz nunca fuera más que aire gris sin tiempos ni un ruido. Rostros sin trazo casi tocando blancor raso ningún recuerdo. Cuerpo pequeño soldado gris ceniza corazón latiendo frente a la lejanía. Lloverá sobre él como en tiempo bendito azul la nueve pasajera. Cubo refugio por fin cuatro lados sin ruido a contracorriente.

Cielo gris sin nube un ruido nada móvil tierra arena gris ceniza. Cuerpo pequeño mismo gris que la tierra el cielo las ruinas solo en pie. Gris ceniza alrededor tierra cielo confundidos lejanos sin fin.

Se moverá en el arena se moverá en el cielo en el aire la arena. Jamás si no el sueño hermoso no tener más de un tiempo que hacer. Cuerpo pequeño bloque pequeño corazón latiendo ceniza solo en pie. Tierra cielo confundidos infinito sin relieve cuerpo pequeño solo en pie. En la arena sin impulso otro paso hacia la lejanía él dará. Silencio ni un aliento mismo gris en todo tierra cielo cuerpo ruinas.

Negro lento con ruina refugio cierto cuatro lados sin ruido a contracorriente. Piernas un solo bloque brazos junto a los flancos pequeño cuerpo frente a la lejanía. Jamás si no en el sueño desvanecido dejó de pasar la hora larga breve. Solo en pie pequeño cuerpo gris liso nada que supere algunos huecos. Un paso en las ruinas las arenas sobre el dorso hacia la lejanía él dará. Nunca si no sueño días y noches hechos de sueños otras noches días mejores. Revivirá el tiempo de un paso renacerá el día y la noche sobre él la lejanía.

En cuatro a contracorriente refugio cierto sin salida. Ruinas esparcidas.
Cuero pequeño bloque pequeño partes invadidas culo un solo bloque raya gris invadida. Refugio cierto por fin sin salida esparcida cuatro lados sin ruido a contracorriente. Lejanía sin fin tierra cielo confundidos nada móvil ni un aliento. Rostros blancos sin trazo ojo sereno cabeza su razón ningún recuerdo. Ruinas esparcidas gris ceniza alrededor refugio cierto por fin sin salida.

Gris ceniza cuerpo pequeño solo en pie corazón latiendo frente a la lejanía. Muy bello muy nuevo como en tiempo bendito reinará la desgracia. Tierras arena mismo gris que el aire el cielo el cuerpo las ruinas arenas fina gris ceniza. Luz refugio blancor raso rostros sin trazo ningún recuerdo. Infinito sin relieve cuerpo pequeño solo en pie mismo gris en todo tierra cielo cuerpo ruinas. Frente al blanco sereno casi tocando ojo sereno por fin ningún recuerdo. Un paso más sólo solo del todo en la arena sin impulso él dará.

Apagado abierto refugio cierto sin salida hacia el cual de tan lejos tras tanta falsedad. Jamás si no silencio como en la imaginación estas risas de la loca estos gritos. Cabeza por el ojo sereno no todo blancor sereno luz ningún recuerdo. Quimera la aurora que disipa las quimeras y la llamada morena.

Sobre el dorso él irá cara al cielo renacido sobre él las ruinas las arenas lejanías. Aire gris sin tiempo tierra cuelo confundidos mismo gris que la ruinas lejanías sin fin. Renacerá el día y la noche sobre él lejanías aire corazón relatirá. Refugio cierto por fin ruinas esparcidas mismo gris que la arena.

Frente al ojo sereno casi tocando sereno todo blancor ningún recuerdo. Jamás si no imaginación azul llamando en poesía celeste si no en imaginación loca. Pequeño vacio gran luz cubo todo blancor rostros sin trazo ningún recuerdo. Nunca fuera más que aire gris tiempo nada móvil ni un aliento. Corazón latiendo solo en pie cuerpo pequeño rostro gris rasgos invadidas dos azul claro. Luz blancor casi tocando cabeza por el ojo sereno toda su razón ningún recuerdo.

Cuerpo pequeño mismo gris que la tierra el cielo las ruinas solo en pie. Silencio ni un aliento mismo gris alrededor tierra cielo cuerpos ruinas. Apagando abierto cuatro lados a contracorriente refugio cierto sin salida.

Gris ceniza cielo reflejo de la tierra reflejo del cielo. Aire gris sin tiempo tierra cielo confundidos mismo gris que las ruina lejanía sin fin. En la arena sin impulso otro paso hacía la lejanía él dará. Renacerá el día y la noche sobre él la lejanía el aire corazón relatirá.

Quimera luz nunca fuera más que aire gris sin tiempo ningún ruido. Lejanía sin fin tierra cielo confundidos nada móvil ni un aliento. Lloverá sobre él como en tiempo bendito azul la nube pasajera. Cielo gris ni una nube sin un ruido nada móvil tierra gris ceniza.

Pequeño vacío gran luz cubo todo blancor rostros sin trazo ningún recuerdo. Infinito sin relieve cuerpo pequeño solo en pie mismo gris en todo tierra cielo cuerpo ruinas. Ruinas esparcidas confundidas con la arena gris ceniza refugio cierto. Cubo refugio cierto por fin cuatro lados sin ruido a contracorriente. Nunca fuera más que este inmutable sueño la hora que pasa. Nunca fuera más que este aire gris sin tiempo quimera luz que pasa.


En cuatro a contracorriente refugio cierto sin salida ruinas esparcidas. Revivirá el tiempo de un paso renacerá el día y la noche sobre él la lejanía. Frente al blanco sereno casi tocado ojo sereno por fin ningún recuerdo. Rostro gris dos azul claro cuerpo pequeño corazón latiendo solo en pie. Sobre el dorso él irá cara al cielo renacido sobre él las ruinas las arenas lejanía. Tierra arena mismo gris que aire cielo cuerpo las ruinas fin arena gris ceniza. Rostros sin trazo casi tocando blancor raso ningún recuerdo.

Corazón latiendo solo en pie cuerpo pequeño rostro gris rasgos invadidos dos azul claro. Solo en pie cuerpo pequeño gris liso nada supere algunos huecos. Jamás si no en el sueño días y noches hechas de sueños otras noches días mejores. Se moverá en la arena se moverá en le cielo en le aire la arena. Un paso en las ruinas las arenas sobre el dorso hacia la lejanía él dará. Jamás si no silencio como en la imaginación esas risas de la loca esos gritos.

Refugio cierto por fin ruinas esparcidas mismo gris que la arena. Nunca fuera si no aire gris sin tiempo nada móvil ni un aliento. Rostros blancos sin trazo ojo sereno cabeza su razón ningún recuerdo. Jamás si no en el sueño desvanecido pasara la hora larga breve. Cubo todo luz blancor raso rostros sin trazo ningún recuerdo.

Apagado abierto refugio cierto sin salida hacía el cual de tan lejos tras tanta falsedad. Cabeza por el ojo sereno todo blancor luz serena ningún recuerdo. Muy bello muy nuevo como el tiempo bendito reinará la desgracia. Gris ceniza alrededor tierra cielo confundidos lejanía sin fin. Ruinas esparcidas gris ceniza alrededor refugio cierto por fin salida. Jamás si no el sueño hermoso no tener más de un tiempo que hacer. Cuerpo pequeño rostro gris rasgos grieta y pequeños huecos dos azul claro.

Ruinas refugio cierto por fin hacia el cual de tan lejos por tanto falso. Jamás si no imaginado azul llamado en poesía celeste si no en imaginación loca. Luz blancor casi tocando cabeza por el ojo sereno toda su razón ningún recuerdo.

Negro lento con ruina refugio cierto cuatro lados sin ruido a contracorriente. Tierra cielo confundidos infinito sin relieve cuerpo pequeño solo en pie. Un paso más uno sólo solo del todo en el arena sin impulso él dará. Gris ceniza cuerpo pequeño salo en pie corazón latiendo frente a la lejanía. Luz refugio blancor raso rostros sin trazo ningún recuerdo. Lejanía sin fin tierra cielo confundidos sin un ruido nada móvil.

Piernas un solo bloque brazos junto a los flancos cuerpo pequeño frente a la lejanía. Refugio cierto por fin sin salida esparcido cuatro lados sin ruido a contracorriente. Rostros sin trazo blancor raso ojo sereno por fin ningún recuerdo. Maldecirá de Dios como en tiempo bendito cara al cielo abierto tormenta pasara. Frente al ojo sereno casi tocando sereno todo blancor ningún recuerdo.

Cuerpo pequeño bloque pequeño corazón latiendo gris ceniza solo en pie. Cuerpo pequeño soldado gris ceniza corazón latiendo frente a la lejanía. Cuerpo pequeño bloque pequeño partes invadidas culo un solo bloque raya gris invadida. Quimera la aurora que disipa las quimeras y la llamada morena.

Del relato , Sin. 1969. Samuel beckett.

31 ago 2010

Libreta ª



El quinto juego
Persistentemente el mismo discurso, el resucitar un fondo, el extraviar los sentidos volviendo a la polvareda de ese legajo. Todas las noches de aquel año me dedicaba a ello con gran esmero. Mi mano transcribía a gran velocidad lo que mi mente le dictaba. No tenían porque ser cosas sobre los huéspedes ni se trataba ni mucho menos de explicar los pormenores del quedar contigo ni tan siquiera se trataba de grandes imágenes hipnagógicas.  Tampoco era un cierto crepitar; quizás me acerque a una especie de magia bizarra. A mi destino eterno, al; maus titi, maus. ¡A la deriva capitán! Esas pequeñas voces que llenan los mares, la parte de otra parte en medio del flujo alegre en espera de una fuerza impulsora. Todas las noches por la madrugada acabando agotado sobre el escritorio, ¡Todas! En un duermevela que no me cansaba en absoluto, las ojeras eran mi estío.    La cama relegada para alguna que otra siesta para alguna que otra lectura hacia la utilización de ese secreto. Hable con mi hermano sobre esto, le comenté el afán de que mi manuscrito pasara a la historia de esa forma y con esa luz. Sudor, dolor, un foco de luz y un hombre que se queda dormido noche tras noche en su escritorio agotado de tanto esfuerzo. No tardé en que me garantizara su cuartada contra todos los pertrechados historiadores del futuro. Entendió el porqué de mi manuscrito en este mi discurso abriendo de adquirir tal disfraz. Fuerzas invasoras. Color y ruido. Buena música para los que venían a mi casa y pasaban por mi cuarto y veían la puerta entreabierta observando la pintura mía como si se tratara de un cuadro de Rivera; escenas terribles de martirios con miembros rezumando sangre entre la ferocidad instintiva de un determinismo poético. De este modo esgrimiendo la pureza de amigos y ajenos pude configurar un eje temático oscuro surgido de la verdad  de un juego cargado de visualizaciones progresivas, cargas explosivas, diálogos de sordos, hipoacusia, humor e ironía, cristalizaciones, ferocidad instintiva, infralevedad, aislamiento masivo, analogías, beatifico, sereno y puro como el calor que se disipa.
                                  AÑO CERO                                                    
Q
ue el discurso no ha terminado, no se puede correr el riesgo de pensar en las delicadeces que nos depara el futuro.  Esa extraña lucidez que nos devela las palabras incompletas. Me digo y me repito que todo esto que veo y siento se acerca más a mi objetivo real. No, no podemos. Líneas  mágicas.  Lo vuelvo a ver otra vez alto y claro como un perro viejo que campa a sus anchas por- entre la oscuridad de la noche. Perro viejo que corre, que vive para esto; para ver como su cara se balancea de arriba a abajo en el medio de la carrera. Vive de la caza. Mira a la luna con ojos de un devenir inerte. Sube por la colina donde crecen los viñedos y un poco más arriba nace el bosque. Los ruidos de la noche a través de su aparente mutismo. Como tal la noche no calla, son muchos los pequeños ruidos extraños que vibran en las tripas de cada ser que permanece en vela. Cae la noche y entre algunos viejos arboles algo agita la hojarasca.  Esa misma noche recuentros. La gorda canta y anuncia.  Solos. La noche. Solo en la noche. Sentarte en ella entre las llamas. Es su lenguaje, como tal nos violenta. No es el nuestro.
 AÑO CERO.


       
 

libreta ª


Contaba yo, año aquel de mi recuerdo, con las ideas en general bien claras sobre lo referente a literatura. Sobre la condición de la voz, sobre el arrancar desde cualquier barra ceda, sobre la mesa la connotación, la forma apelativa y ciertas trampas más en las que solía creer. De llevar animales encima de la cabeza. ¡Papá! ¡Papá! – ¡suelta!, ¡no tires de la manga de la chaqueta!, ¿¡Qué quieres!? – ¡mira papa ese señor! Tiene encima una cacatúa tropical picoteándole la cabeza, ¡de veras! ¡Mira!– a ver… (Estos niños), qué dices, ¿que un hombre lleva el que?, ¿a ver dónde? ¡Qué dejes la manga, te he dicho! − ¡ahí papa! al final de la calle, donde el paso de peatón que difiere mucho de la típica imagen de un paso de peatón de Tokio en hora punta, se trata más bien de un paso de peatón de una cuidad cualquiera a cualquier hora, ese es el. El chico de la blusa roja. Ves papá, ¡¿lo ves ahora!? – ¡si claro! ¿Pero? … pero no se trata de un loro, se trata de pavo, un pavo real como los hay a miles en el paraíso de Mahoma, ¡es un pavo!, o acaso no ves la cola en forma de abanico y acaso no oyes su llamada, sus gloglotes –pero…¡pero antes había una cacatúa tropical que le picoteaba la cabeza, queriendo infligir daño, ¡era una cacatúa papá, yo la vi!, ¡Era como las que he visto contar hasta diez en los zoos! De acercar el dedo desde lo alto y aplastar todo esto. Dedo índice que se acerca para causar estragos en la historia. Baja desde el cielo encumbrándose como un dios que habré el bote de cristal con agujeritos donde estamos todos, nos sacude y agita, abatiéndonos a su gusto. De la suela cerca de la cucaracha boca abajo que se lleva las manos a la cara en pro de la prosopopeya moderna. El dedo pasa al lado de un viejo edificio que se derrumba al primer contacto serio con la realidad del autor. El dedo aplasta a continuación a padre e hijo, - se ve la sombra del enorme dedo sobre ellos- y un nuevo tirar de la manga para avisar a papá de la amenaza que se les viene encima. Papá, arto de tirones, levanta la mano para soltarle un bofetón sin poder llegar a dárselo pues instantes después mueren ambos espachurrados. Iconos de la impuría, color verde imperio. Luego la mano se cierra y tomando la forma de puño feroz se lanza para destrozar por completo la incompleta maqueta en miles de cachos absortos que irán a la papelera. Sentado en una silla de oficina y sin llegar a describirla, toma impulso hacia atrás con una mano apoyándose en el escritorio mientras con la otra termina de hacer una bola con la hoja en la que había estado trabajando. Todavía en movimiento hacia atrás, lanza en fuerza contraria hacia adelante la bola de papel apuntando hacía la papelera, mientras miles de flases estallan por todo el estadio acompañando el girar de la bola, que se acerca a cámara lenta hacia la basura. El público con el corazón en un puño contiene el aliento, otros tantos se llevan las manos a la cara ante tanta tensión para mirar por entre los dedos. El silencio se ve roto un poco con unos sonoros ¡uyyy!!! Al ver como la bola de papel rebota contra el aro ascendiendo un poco por el impulso del golpe pudiendo vérsela dirigirse lentamente hacia el centro de la papelera. Lamentablemente para cuando creímos que ya estaba dentro, ésta, con voluntad propia se dirigió hacia el otro lado de la papelera donde roso el otro borde. Con un nuevo ¡uyyy!!! , termino final antes de caer al frío suelo, dando así por perdidas las esperanzas de miles de creyentes en las buenas y aparentemente imaginativas historias. Donde la cara se te queda de tonto mirando en nubarrones la arrugada hoja de papel al lado de la atestada papelera.

(...)
Un extraño anheló de fatum retattun o un discurso sobre la belleza.

…oh gran desorden de mi vida
Oh maravilloso desorden de mi vida

Es el recuerdo de aquel verano. El verano de las faldas lo titule, pues siempre ibas en falda. Estabas muy guapa con ellas ¿lo recuerdas? Hablábamos mucho sentados debajo del viejo árbol con pajas de trigo en la boca, mientras yo te metía mano y apartaba tus bragas un poco, para ver tu chochito, ¿lo recuerdas? Recuerdas como no te atreváis a mirarme a los ojos y yo me sentía en medio de ese todo en un discurso de lo bello. Bello era el no quitarte las bragas el tan solo apártalas con la falda doblada, todo bello. Recuerdo bien como el brazo izquierdo se me cargaba, de tanto aguantar la prenda para poder tocarte. Me excitaba mucho la sensación del brazo rígido en conjunto con el tocarte de la otra mano el coño. Me excitaba intentar apartar bien los labios para ver el clítoris y no poder hacerlo del todo bien, pues si utilizaba la otra mano la braga se cerraba y tú diciéndome que si quería te la quitabas,- ¡no!- te increpaba yo, -déjate las bragas, no ves que es un discurso sobre lo incomodo en lo bello.

De esas tardes volviendo cantador a casa (de la felicidad a velocidad de crucero) con las piernas largas y finas que me desequilibraban de un modo tan chalado, tan feliz, como ahora. Si algo me pasa no olvides lo que te digo ¿vale? Estábamos sentados en la mesa con tus padres, escuchando lo que el gilipollas dos ideas de tu padre comentaba y yo poniendo cara de concentrado con la mano en la barbilla, el ceño fruncido todo bien dispuesto, todo planificado. Era el olor de uno de esos dedos tan cerca de la boca que me percate que olía a mierda pues no me había lavado bien las manos y lo mucho que eso me gusto. La belleza interior del momento mezclándose con el bello exterior; tu padre sumergido en su discurso sobre política mezclándose en el olor de la mía, mi mierda, perfumando las palabras, sembrando por doquier ese momento de belleza. ¿O acaso esto no ha pasado aun? Escribo digo escribo miento. Ya lo has dicho. Escribo digo escribo miento.


27 jul 2010

Ralph Waldo Emerson

Extracto del ensayo: Confianza en uno mismo

Refrenad la falsa hospitalidad o los falsos afectos. No viváis para estar a la altura de esas personas engañadas y engañosas con las que entablamos relaciones. Decidles: ay; padre; ay, madre; ay, mujer, hermano, amigo, hasta el día de hoy he vivido con vosotros con arreglo a falsas apariencias, pero de ahora en adelante pertenezco a la verdad. Sabed que a partir de este momento no obedeceré ninguna otra ley que no sea eterna. No tendré alianzas sino vecindades. Me esforzaré por alimentar a mis padres, sostener a mi familia, ser el fiel marido de una sola mujer, pero cumpliré estas obligaciones de un modo nuevo y sin precedentes. Recuso vuestras costumbres. Debo ser yo mismo. No puedo quebrantarme más por mí, o por ti. Si podéis amarme por lo que soy, seremos más felices. Si no podéis, trataré incluso de merecerme vuestro amor. No ocultaré mis gustos ni mis aversiones. Creo hasta tal punto en que lo profundo es sagrado, que ejecutaré sin vacilar lo que me regocija íntimamente y lo que el corazón me dicta. Si sois nobles, os amaré; si no lo sois, no os deshonraré ni me deshonraré a mí mismo al dedicaros una atención hipócrita. Si sois sinceros, pero no interpretáis la verdad del mismo modo que yo, confiaros a vuestros compañeros que yo buscaré los míos. No obro de este modo por egoísmo, sino por humilde y sinceramente. Aunque hayamos sido rehenes de la mentira durante mucho tiempo, en mi interés tanto como el tuyo y el de todos los hombres quiero vivir ahora en la verdad. ¿Os suenan duras estas palabras? Pronto amaréis lo que prescribe vuestra naturaleza, lo mismo que la mía, y, si nos ceñimos a la verdad, ella nos llegará a buen puerto. Pero de ese modo podéis causar dolor a vuestros amigos. Es cierto, pero no puedo permitirme vender mi libertad ni mi poder para salvar su sensibilidad. Además, ¿quién se asoma a la región de la verdad absolutamente? Entonces, me darán la razón, y me imitarán.


El vulgo piensa que tu rechazo de los criterios al uso significa el abandono de cualquier norma y la impugnación de cualquier ley moral; y el sensual impúdico apelará a la filosofía para enmascarar sus desmanes. Pero la ley de la conciencia es perseverante. Hay dos confesionarios ante los que nos queda más remedio que acudir a descargar nuestras conciencias. Puedo dar cuenta de tus obligaciones de un modo directo y reflejo. Considera si has cumplido con tus relaciones, ya sean madre, padre, primo, vecino, conciudadanos, gato o perro; piensa si alguno de ellos te puede reprochar algo. Mas puedo incluso eximirme de ese criterio reflejo y hacerme concesiones. No así ante el círculo perfecto de exigencias de las que yo mismo me rodeo. En dicho círculo se niega el título de obligaciones a muchas que pasan por tales, pero si puedo salir airoso de ese tribunal, estoy autorizado a no atenerme al código popular vigente. Si alguien imagina que esta ley es laxa, que obedezca su mandato un día. Por que verdaderamente éste exige algo de divinidad en el hombre que ha deshecho de las justificaciones habituales y se ha aventurado a confiar en sí mismo como maestro. ¡Elevado ha de ser su corazón, fiel su voluntad, clara su mirada, para que pueda empeñarse de veras en ser él mismo su propia doctrina, sociedad y ley de modo que un simple propósito sea para él tan inquebrantable como férrea es la necesidad para los demás!

Cualquiera observador que analice las características de lo que suele denominarse sociedad actualmente, convendrá en la necesidad de una ética como ésta. No parece sino que se ha extraído el nervio y la entraña del hombre y que nos hemos convertido en un montón de abatidos y timoratos llorones. Nos atemoriza la verdad, la fortuna, la muerte, y nos tenemos miedo unos a otros. De nuestra época no surgen individuos excelentes y completos. Necesitamos hombres y mujeres que renueven la vida y nuestra condición social, pero lo que encontramos son, en su mayor parte, temperamentos insolventes, incapaces de satisfacer sus propios deseos, con ambiciones desproporcionadas a sus fuerzas, y que se rebajan a mendigar noche y día, insistentemente. Nuestra administración de la casa es menesterosa, así como nuestras artes, ocupaciones, matrimonios; la religión no la hemos elegido nosotros sino la sociedad. Somos soldados de salón. Rehuimos la abrupta batalla del destino, donde brotan las fuerzas.

2 jul 2010

Nueve segundos y siete milésimas


Ese corazón cuyos latidos se aceleran, y de los miedos que acometen al saltador momentos antes de saltar. La duda no entra dentro de la rutina del saltador, se suele decir.
Esto se asemeja a un león melenudo que no cree posible que le arrebaten su preciado trono. Trono, que él arrebatase matando al gran león Kimbayé.

Oppenheimer observa atento sentado en la grada la terrible firmeza de la saltadora que se enfrenta al vacío con gran vulgaridad.  Son los muchos saltos que ha realizado y la capacidad humana de convertir todo en un proceso sistematizado, frío y carente de frescura, lo que permite acometer saltos difíciles.
El gran éxtasis de la saltadora y una tibieza propia de los primeros saltos le hacen entrar en el agua broncamente. En las gradas la muchedumbre murmura y diserta. Se giran y se acercan unos a otros con rostros sorprendidos para comentar lo mal que lo ha hecho y el porqué de tal desconcentración en medio de un importante campeonato. Es muy probable que ya no pueda optar a clasificarse para los campeonatos nacionales.−Retrocedamos unos segundos; marcha atrás dada para comprender el origen− Gozamos de un plano lateral a larga distancia viendo un conjunto amplio de cosas, macro, la cuidad cubriendo el fondo, la plataforma de salto como epicentro, erguiéndose cerca del cielo o eso nos parece. Cambiamos de plano situando la cámara a los pies de la plataforma, mirando hacia arriba desde donde esta se nos muestra aun más descomunal. El cielo esta límpido a excepción de una nube que pasa justo por encima del trampolín. Ella es yo pero con tetas. La tenemos muy cerca ahora, cabe la posibilidad de detener el tiempo. El don del instante.  De ver como el viento levanta un flequillo y lo posa tiernamente en la frente. Ella levanta la mirada y a sus ojos llega una visión a media conciencia de la estampa de las gradas repletas. Algo la distrae. Es una cabeza calva que brilla con la reflexión de los rayos del sol ¡es un cráneo exquisito! Da unos pasos hacia adelante para situarse en el trampolín, teniendo en su mente la imagen de un cubo en cuyo interior se encuentra el rostro del hombre. De los vértices del cubo emergen proyectadas hacia el infinito unas líneas; puntos de fuga que se acercan al centro de la visión, alejando el cubo y el rostro, haciendo que se vuelvan más y más pequeños. Ejerce una fuerza hacia abajo sobre la tabla blanca cimbreante que le proporcionará impulso al salto. Uno, dos y tres, despega del trampolín. El contraste de temperatura entre el agua y el exterior borra la imagen parcialmente de su cabeza. −Podemos calificar de sonido clarividente aquel que produce nuestra cabeza al golpearse contra el agua y el correspondiente vacío que le precede − Ha sido un salto pésimo y lo sabe, pero por su cabeza solo le pasa la idea de buscar a ese hombre. Lo busca en vano entre el público.  Oppenheimer echa un vistazo a la hora en su reloj de muñeca. − Sin arena de ampolleta − Los segundos, los minutos, las horas, se encuentran parados haciéndonos volver a la justa apreciación de la Duración.   Entroncadas vidas en inadecuados instantes.
John Table

30 abr 2010

Skocolor videos


videos del señor Skocolor. collage videos.

Son sinónimos

20 abr 2010

Cenizas de papel




Eran cenizas de papel de libreta, extremadamente refinado. 
Ojala arda todo lo que se quema dentro—murmuraba para el mismo sentado en el frió suelo.
Déjame hacerlo a mi cariño.
Puede que mañana no tengamos madera para calentarnos y cuando eso ocurra llegara la primavera.  Retorcidas noches de los ochenta. Rumania.

Es okey, ¿vamos a dar una vuelta? No te cruces de brazos cruzados.
Es okey, ¿Por qué no vamos a la feria de variedades? Enjuto. Sin trucos.
Es okey, ¿tienes un pañuelo? oye no poses, falso de mierda. Posas sobretodo para ti.

Llevo lustros pensando en irme, ahora sí, rumbo al sur, surcando… – canturreaba mientras se desplazaba por toda la casa con los brazos  voladores como los de un avión.
Tenia el detalle cada mañana de hacerlo.
Solía ver como el carpín mordía el anzuelo. Llevo años pensando en acometer. Cada uno decide a cada momento lo que va hacer y con ello lo que va ser.
                                               
Huir, fanfarria, es de largo recorrido.
Disparaba sus últimos tiros intentando escribir con las balas. Las balas como motor de la comunicación. Agotado y en un estado miserable apunta hacia la puerta de Brandenburgo para terminar lo que había  comenzado. No había bayonetas cerca. Las  bayonetas hacen daño al clavarse por debajo del abrigo. Sus  disparos comenzaron a dar resultados pues la palabra estaba apunto de ser terminada. Algo digno para futuras generaciones que advirtiesen en esa palabra las devastadoras consecuencias de los disparos.  Muro: avaricia.

13 abr 2010

Georg Trakl


Das tiefe Lied

Aus Kiefer Nach Ward ich befreit.
Meine Seele staunt in Unsterblichkeit,
Meine Seele lauscht über Raum und Zeit
Der Melodie der Ewigkeit!
Nicht Tag und Lust, nicht Nacht und Leid
Ist Melodie der Ewigkeit,
Und seir ich erlauscht die Ewigkeit,
Fühl nimmermehr ich Lust und Leid!

La canción profunda 
De la noche profunda liberado fui.
Mi alma se maravilla en la inmortalidad
¡Mi alma oye más allá del tiempo y el espacio
la melodía de la eternidad!
Ni día ni placer, ni noche ni dolor
es la melodía de la eternidad,
¡y ya no siento ni placer ni dolor
desde que escucho a la eternidad!
Georg Trakl

7 abr 2010

Tú estás aquí

*Tú estás aquí*

22 feb 2010

HERBERT MARCUSE , EL HOMBRE UNIDIMENSIONAL



La intensidad, la satisfacción y hasta el carácter de las necesidades humanas, más allá del nivel biológico han sido siempre precondicionadas. Se conciba o no como una necesidad , la posibilidad de hacer o dejar de hacer, de disfrutar o destruir, de poseer o rechazar algo, ello depende de si puede o no ser vista como deseable y necesario para las instituciones e intereses predominantes de la sociedad. En este sentido, las necesidades humanas son necesidades históricas y, en la medida en que la sociedad exige el desarrollo represivo del individuo, sus mismas necesidades y sus pretensiones de satisfacción están sujetas a pautas críticas superiores.
Se puede distinguir entre necesidades verdaderas y falsas. «falsas» son aquellas que intereses sociales particulares imponen al individuo para su represión: las necesidades que perpetuán el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia. Su satisfacción puede ser de lo más grata para el individuo, pero esta felicidad no es una condición que deba ser mantenida y protegida si sirve para impedir el desarrollo de la capacidad (la suya propia y la de otros) de reconocer la enfermedad del todo y de aprovechar las posibilidades de curarla. El resultado es, en este caso, la euforia dentro de la infelicidad. La mayor parte de las necesidades predominantes de descansar, divertirse, comportarse y consumir de acuerdo con los anuncios, de amar y odiar lo que otros odian y aman, pertenece a esta categoría de falsas necesidades.
Estas necesidades tienen un contenido y una función sociales, determinadas por poderes externos sobre los que el individuo no tiene ningún control; el desarrollo y la satisfacción de estas necesidades es heterónomo. No importa hasta qué punto se hayan convertido en algo propio del individuo, reproducidas y fortificadas por las condiciones de su existencia; no importa que se identifique con ellas y se encuentre a sí mismo en su satisfacción. Siguen siendo lo que fueron desde el principio; productos de una sociedad cuyos intereses dominantes requieren la represión
El predominio de las necesidades represivas en un hecho cumplido, aceptado por la ignorancia y por derrotismo, pero es un hecho que debe ser eliminado tanto en interés del individuo feliz, como de todos aquellos cuya miseria es el precio de su satisfacción. Las únicas necesidades  que se pueden inequívocamente reclamar satisfacción son las vitales: alimento, vestido y habitación en el nivel de cultura que esté al alcance. La satisfacción de estas necesidades es el requisito para la realización de todas las necesidades, tanto de las sublimadas como de las no sublimadas.

Para cualquier conocimiento y conciencia, para cualquier experiencia que no acepte el interés social predominante como ley suprema del pensamiento y de la conducta, el universo establecido de necesidades y satisfacciones es un hecho que se debe poner en cuestión en términos de verdad y mentira. Estos  términos son enteramente históricos y su objetividad es histórica. Es juicio sobre las necesidades y su satisfacción bajo las condiciones dadas, implica normas de prioridad; normas que se refieren al desarrollo óptimo de los recursos materiales e intelectuales al alcance del hombre. Los recursos calculables. La «verdad » y la « falsedad »de las necesidades designan condiciones objetivas en la media en que la satisfacción universal de las necesidades vitales y, más allá de ella, la progresiva mitigación del trabajo y la miseria, son normas universalmente válidas. Pero  en tanto que normas histórica, no sólo varían de acuerdo con el área y el estado de desarrollo, sino que también sólo se pueden definir en (mayor o menor) contradicción con las normas predominantes. ¿ y qué tribunal puede reivindicar legítimamente la autoridad de decidir?
En última instancia, la pregunta sobre cuáles son las necesidades verdaderas o falsas sólo puede ser resuelta por los mismo individuos, pero sólo en última instancia; esto es, siempre y cuando tengan la libertad para dar propia respuesta. Mientras se les mantenga en la incapacidad de ser autónomos, mientras sean adoctrinados y manipulados (hasta en sus mismos instintos), su respuesta a esta pregunta no puede considerarse propia de ellos. Por lo mismo, sin embargo, ningún tribunal puede adjudicarse en justicia el derecho de decidir cuáles necesidades se deben desarrollar y satisfacer. Tal tribunal seria censurable, aunque nuestra repulsa no podría eliminar la pregunta: ¿cómo pueden hombres que han sido objeto de una dominación efectiva y productiva crear por sí mismos la condiciones de la libertad?
Cuanto más racional, productiva, técnica y total deviene la administración represiva de la sociedad, más inimaginables resultan los medios y modos mediante los que los individuos administrados pueden romper su servidumbre y alcanzar su propia liberación. Claro está que imponer la Razón a toda una sociedad es una idea paradójica y escandalosa; aunque se pueda discutir la rectitud de una sociedad que ridiculiza esta idea mientras convierte a su propia población en objeto de una administración total. Toda liberación depende de la toma de conciencia de la servidumbre, y el surgimiento de esta conciencia se ve estorbado siempre por el predominio de necesidades y satisfacciones que, en grado sumo, se han convertido en propias del individuo. El proceso siempre reemplaza un sistema de precondicionamiento por otro; el objetivo óptimo es la sustitución de las necesidades falsas por otras verdaderas, el abandono de la satisfacción represiva.
El rasgo distintivo de la sociedad industrial avanzada es la sofocación efectiva de aquellas necesidades que requieren ser liberadas — liberadas también de aquello que es tolerable, ventajoso y cómodo — mientras que sostiene y absuelve el poder destructivo y la función represiva de la sociedad opulenta. Aquí, los controles sociales exigen la abrumadora necesidad de un trabajo embrutecedor cuando ha dejado de ser una verdadera necesidad; la necesidad de modos de descanso que alivian y prolongan ese embrutecimiento; la necesidad de mantener libertades engañosas tales como la libre competencia a precios políticos, una prensa libre que autocensura, una elección libre entre marcas y gadgets.

Bajo el gobierno de una totalidad represiva, la libertad se puede convertir en un poderoso instrumento de dominación. La amplitud de la selección abierta a un individuo no es factor decisivo para determinar el grado de libertad humana, pero sí lo es lo que se puede escoger y lo que es escogido por el individuo. El criterio para la selección no puede nunca ser absoluto, pero también poco es del todo relativo. La libre elección de amos no suprime no a os amor ni a los esclavos. Escoger libremente entre una amplia variedad de bienes y servicios no significa libertad si estos bienes y servicios sostienen controles sociales sobre una vida de esfuerzo y temo, esto es, si sostienen la alienación. Y la reproducción espontánea, por los individuos, de necesidades superimpuestas no establece la autonomía; sólo prueba la eficacia de los controles.
Nuestra insistencia en la profundidad y eficacia de esos controles está sujeta a la objeción de que le damos demasiada importancia al poder de adoctrinamiento de los mass-media, y de que la gente por sí misma sentiría y satisfaría las necesidades que hoy le son impuestas. Peor tal objeción no es válida. El precondicionamiento no empieza con la producción masiva de la radio y la televisión y con la centralización de su control. La gente entre en esta etapa ya como receptáculos precondicionados desde tiempo atrás; la diferencia decisiva reside en la disminución del contraste (o conflicto) entre lo dado y lo posible, entre las necesidades satisfechas y las necesidades por satisfacer. Y es aquí donde la llamada nivelación de las distinciones de clase revela su función ideológica. Si el trabajador y su jefe se divierten con el mismo programa de televisión y visitan los mismos lugares de recreo, si la mecanógrafa se viste tan elegante como la hija del jefe, si el negro tiene un Cadillac, si todos leen el mismo periódico, esta asimilación indica, no la desaparición de las clases, sino la medida en que las necesidades y satisfacciones, que sirven para la preservación del « sistema establecido » son compartidas por la población subyacente.
Es verdad que las áreas más altamente desarrolladas de la sociedad contemporánea la mutación necesidades sociales en necesidades individuales es tan efectiva que la diferencia entre ellas parece puramente teórica. ¿Se puede realmente diferenciar entre los medios de comunicación de masas como instrumentos de información y diversión, y como medios de manipulación y adoctrinamiento?  ¿Entre el automóvil como molestia y como conveniencia? ¿Entre los horrores y las comodidades de la arquitectura funcional? ¿Entre el trabajo para la defensa nacional y el trabajo para la ganancia de las empresas? ¿Entre el placer privado y la utilidad comercial y política que implica el crecimiento de la tasa de natalidad?  
De nuevo nos encontramos ante uno de los aspectos más perturbadores de la civilización industrial avanzada: el carácter racional de su irracionalidad. Su productividad y eficiencia, su capacidad de incrementar y difundir las comodidades, de convertir lo superfluo en necesidades y la destrucción en construcción, el grado en que esta civilización transforma el mundo-objeto en extensión de la mente y el cuerpo del hombre hace cuestionable hasta la noción misma de alienación. La gente se reconoce en sus mercancías; encuentra su alma en su automóvil, en su aparato de alta fidelidad, su casa, su equipo de cocina. El mecanismo que une el individuo a su sociedad ha cambiado, y el control social se ha incrustado en las nuevas necesidades que ha producido.

3 feb 2010

Sonata para un buen hombre


Juguemos. Otoño. Las ramas están incultas, desnudas, veo en todos  sitios cables, que oyen lo que digo, lo que haré. Las ramas. Las hojas secas. El mirar hacia arriba y llorar.
Sonata para un buen hombre;
Anette te quiero ¿y tu que quieres? Anette, porno. No tengo nada que asentir.
Por la playa va un hombre, que trota. Alfalfa. El hombre que quiere mantenerse, cuidar la forma. Son más de 65 años de música. Suena el violín, lento, amargo. Se para, estira un poco y espera apenas tres minutos para meterse en el agua. Sale. Su corazón se para, yo lo sabia, se muere. Veinte minutos de maniobras cardiovasculares, el hombre se muere. Nino, nino, nino ¿Quién es este hombre? Llega el juez y firma. Alfalfa. La gente sigue y que bello, la gente sigue. Uno y no más. Se paran en la  avenida al ver tres agentes al lado de algo con una manta por encima. Yo duermo, no me lo perdí, lo oí todo. La gente, qué rica la gente. Hacen falta más muertos. Y el borracho grita; ¡hay que vivir la vida! Ya no teme al frió del invierno. Anette; sonata para un buen hombre.
John Table

14 ene 2010

Blasona de valiente

John Table

letra collage

Es profundo, inteligentísimo
Ante la enormidad del empeño
El viejo temor de que los árboles impidan ver el bosque
Vence por arabas márgenes poblados; el mirto, el sauce, el álamo, el aliso, el saúco, el
Fresno, el nardo, el cipariso, los pinos y los cedros encumbrados, con otros frescos árboles
Copados.

Nada de ruiseñores enamorados, nada de jardín versallesco, nada de panoramas
sentimentales . Aquí los responsos son de sapos hidrópicos; las malezas, de cerros
misántropos; los rebalses, de caños podridos. Aquí la parásita afrodisíaca que llena el suelo
de abejas muertas, la diversidad de flores inmundas que se contraen con sexuales
palpitaciones y su olor pegajoso emborracha como una droga; la liana maligna, cuya pelusa
enceguece los animales; la pringamosa, que inflama la piel; la pepa del corujú, que parece
irisado globo y sólo contiene ceniza cáustica...

La literatura como ser vivo.

Collage chess





BLANCAS JUEGAN Y GANAN


Partida de ajedrez: Bacza - Tartar (Hungría, 1931).

Una bonita posición que las blancas supieron rematar con contundencia. ¿Cómo se impuso Bacza?

Tema: extracción.